“Una persona trans puede hacer otras cosas, no solo ser un cuerpo en la calle”

Jimena Agüero es una de las integrantes del Centro Trans San Francisco. En diálogo con El Periódico TV contó su historia, cómo hizo su transición y la lucha que llevan adelante. “Desde que iba a jardín de infantes quería ser una chica”, aseguró. También relató cómo sufrió discriminación hasta cuando tenía que comprarse ropa.

Programas - Mano a Mano 25/11/2019

La charla con Jimena Agüero en Mano a Mano.

El colectivo trans ha ido ganando notoriedad en San Francisco en la lucha por sus derechos. Sus reclamos se han hecho visibles principalmente desde la conformación del Centro Trans, hace algo más de un año.

Jimena Agüero es una mujer trans que hoy trabaja como modista y diseñadora de indumentaria, y que durante muchos años luchó para hacerse un espacio en lo laboral. Sin embargo, sabe que su realidad no es la misma que la de muchas otras personas trans en la ciudad y cuenta que la mayoría ejerce la prostitución como una forma de generar ingresos, ya que les resulta muy difícil poder conseguir un trabajo.

En una charla en Mano a Mano, el programa de entrevistas que conduce Gabriel Pecile en El Periódico TV, contó su historia y cómo fueron los años en los que decidió hacer la transición hacía lo que ella sentía que era. “Mi cambio fue a los 19 años, pero desde que iba a jardín de infantes quería ser una chica”, explicó.

Jimena también expresó los reclamos del Centro Trans, de qué se trata del reciente consultorio inclusivo abierto en el Hospital Iturraspe y por qué se oponen a la iniciativa presentada en el Concejo Deliberante para la inclusión laboral de las personas trans.

¿Cuándo sentiste la necesidad de esa transición de género? 

Mi cambio fue a los 19 años, pero yo realmente sentí desde que iba a jardín de infantes, por cosas que me contaba mi mamá. La llamaban para decirle que yo jugaba con las chicas y no con los chicos, entonces ya desde ahí noté que no estaba acorde a lo que yo quería ser. Sin saber qué era una persona trans o sin saber qué es lo que me pasaba, porque no tenía la manera de expresar que no me sentía un chico, que lo que quería ser realmente era una chica. Era lo que pasaba en esa época, totalmente distinto a lo de ahora porque no había información.

¿Y en qué momento empezaste a sentir que tenías la necesidad de sentirte mujer? 

Terminé el secundario y sentí que realmente tenía que romper con todo eso que no me representaba, que no era yo. A los 19 años hice toda la transición, muy rápida. Yo ya tenía el pelo largo, entonces fue menos notoria, porque lo único que tenía que hacer era un cambio quizás de vestimenta, la apariencia y el nombre. Era otra ciudad, que no es nada que ver a la que es ahora.

Esa transición las enfrenta siempre a lo social, ese rechazo o incomprensión. Ya de adulta pasás a sentirlo en la sociedad, incluso hasta cuando tenés que ir a comprar ropa.

Al principio fue horrible, porque en algún lugar me habían dicho una vez que si quería me llevara la ropa y me la probara después porque no querían que me probara al frente de la otra gente.

Que las clientas no te vieran probándote ropa 

Exacto. En otro local me acuerdo que me había me había llamado por teléfono la dueña y me había dicho si quería que fuéramos un día en un horario especial, para que nos rodeáramos con otra gente, que a lo mejor nos hacían caras. O sea, nos querían adornar una situación que terminaba siendo discriminación, porque nosotros no queríamos tener un horario distinto, queríamos ir en el horario que podíamos o el que queríamos.

¿Y cuál es la situación hoy? Ha habido un recorrido de ustedes, un Centro Trans que lucha por sus derechos, pero además de a poco hay una toma de conciencia y una apertura en la sociedad. ¿La ven ustedes en San Francisco?

Como Centro Trans tenemos una muy buena aceptación y respuestas muy positivas. A lo que siempre vamos es a la inclusión laboral, es la premisa del grupo. La gente tenía una visión muy distinta a lo que es una chica trans, quizás la culpa también fue nuestra por no habernos visibilizado mucho tiempo antes, pero hoy en día las cosas son totalmente distintas. Lo hacen forzado o realmente es algún cambio interno positivo, no solamente para nosotras sino para un montón de otra gente que quizá también se ha sentido discriminada por una cuestión estética, por la sexualidad o por una capacidad distinta. Lo que nosotros estamos haciendo es generar conciencia para futuras generaciones, para que no tengan que pasar por lo que pasaron compañeras más grandes y lo que también hemos pasado nosotras. Sabemos que todos los cambios se van a ir dando de a poco.

Dijiste que tuviste que ejercer la prostitución, por esta cuestión de que les resulta muy difícil conseguir un empleo con su identidad de género. ¿Cuál es tu realidad laboral hoy? 

Yo hace seis años que ya no ejerzo más la prostitución. Empecé a estudiar, primero fui a un curso particular de corte y confección y después me anoté en los cursos municipales de diseño de indumentaria industrial, por lo tanto tengo también este título. Y hace seis años que me dedicó completamente a eso, soy modista y diseñadora. No es fácil, porque te tenés que acostumbrar a vivir en otra realidad, a otros horarios. Al principio es complicado porque tenés que encontrarte con otra situación económica que quizás la prostitución es otra la que te da. Te da un buen rédito económico pero estas expuesta a que te puedan pasar un montón de cosas, no solamente que te puedan golpear sino agarrar enfermedades venéreas. Hace seis años que me dedico completamente a esto, estoy muy contenta. Tuve el apoyo de muchísima gente, mi mamá sobre todo, que también es modista de los 14 años. Tengo una aceptación y muchísima gente me recomienda, sale de ellos. Es también visibilizar que una persona trans puede hacer otras cosas, no solamente ser un cuerpo expuesto en la calle vendiéndose.

¿Cómo es la realidad del colectivo trans aquí en materia laboral? ¿hay muchas chicas que están prostituyendo, que no encuentran un lugar de trabajo?

Y, el 80% se prostituye.

¿De qué cantidad estamos hablando?

Somos más o menos en San Francisco entre 30 y 40 personas trans, entre mujeres y hombres. La realidad para un hombre trans es totalmente distinta a la de la mujer trans. Supongo que también por una cuestión machista, el hombre trans es más admitido para trabajar porque puede trabajar de albañil, de mecánico o de otras cosas. La mujer trans ya está estigmatizada de que solamente tiene que estar expuesta en la calle para prostitución. Somos entre 30 y 40 personas trans y el 80% de las mujeres trans de San Francisco ejercen la prostitución.

La lucha de ustedes es justamente por una inclusión laboral, entre otras cosas. En el Concejo acaba de ingresar una iniciativa para incluir personas trans en el ámbito municipal, ¿cómo ven eso?

Mal, primero porque el proyecto se ha presentado sin ni siquiera habernos consultado o saber cuál es la realidad de una persona trans. Mejor San Francisco tendría que haberse reunido con nosotras antes de presentarlo.

¿No tuvieron contacto con ustedes para la elaboración del proyecto?

No, después de que lo hayan presentado sí. Tuvimos una reunión porque nosotras nos presentamos antes de las elecciones con el bloque, creo que fue en febrero, y fuimos recibidos. Muy atentos, muy positivo, pero ellos ya habían presentado el proyecto. Cuando fuimos ellos presentaron un cupo y nosotras queremos inclusión, porque el cupo sigue siendo excluyente y discriminativo. Solamente pueden ingresar dos personas anualmente, somos entre 30 y 40 personas. Hay compañeras entre 50 y 55, todavía ejercen la prostitución con esa edad, ¿en qué momento van a ingresar a trabajar?

¿Y ustedes cómo creen que debería encararse la cuestión?

Primero tendrían que haberse reunido con nosotras y preguntar qué es lo que pensábamos o ver qué es lo que podíamos armar entre los dos grupos. Y que realmente la inclusión sea real, no que sea dos personas anuales. El Centro Trans cumple un año recién pero la lucha viene de hace un montón. Cuando yo hice la transición también intenté buscar trabajo y era imposible.

Indudablemente hay mucho por hacer también en el ámbito privado. ¿Ustedes creen que el ámbito público puede generar una inercia que les permita incluirse también en el ámbito privado?

El proyecto que pensábamos presentar trata de que el Gobierno genere políticas públicas y que a la vez que ejemplifiquen a nivel privado con las empresas y que nos contraten. Había una sensibilización sobre las personas trans, perspectivas de género, no solamente era hablar de lo laboral.

Tuvieron lo que consideran un avance, que se haya podido abrir en el Hospital un consultorio que va a atender problemáticas específicas. 

El consultorio inclusivo se llama así a nivel a nivel nacional, no solamente acá, porque es incluir otra vez el sistema de salud a las personas trans.

Muchos se preguntan, ¿no sirve un consultorio que atienda a todos? 

El consultorio inclusivo solamente va a tratar problemas con respecto a la hormonización, al cambio físico de las personas trans. No es que si a mí me duele la garganta o si tengo algún problema voy a ir ahí. No, vamos a ir a los otros. Solamente esta doctora que está especializada, Paulina, que se fueron a especializar para tratar la problemática de la comunidad trans. Como hay otorrino o especialistas del pie y otras cosas, esta doctora está especializada en la hormonización, en perspectiva de género. También hay tratamiento psicológico. Justamente el día de la inauguración se acercó una mamá desesperada a hablarnos y preguntarnos qué podía hacer porque tiene su hijito de 10 años tuvo dos intentos de suicidio debido al bullying que le causan en el colegio porque no se siente reflejado como un varón y que ella no sabe qué hacer. La niñez trans también es un tema bastante complicado, por lo tanto para nosotros es súper positivo que se haya abierto esto. La mayoría de las compañeras han padecido la discriminación en un montón de ámbitos, no solamente en los públicos sino también en los privados. Han sido echadas de hospitales o una se excluía de ir al doctor porque te llamaban con tu nombre que no te sentías identificada, y era engorroso.

¿Cuál es el mensaje que trata de fijar el Centro Trans para la sociedad de San Francisco?

Que queremos ser incluidas a nivel social, ocupar varios espacios, no solamente que tengan que vernos a la noche en la calle prostituyéndonos. Que somos personas ante todo y que valemos mucho. Simplemente eso.

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